La transformación digital del sector salud: más allá de la tecnología

En sanidad se habla mucho de transformación digital, pero pocas veces de lo que realmente la hace posible: los datos, los procesos y la forma de trabajar de los profesionales sanitarios. No se trata solo de incorporar nuevas tecnologías en los hospitales, sino de asegurar que cada decisión clínica esté mejor informada.

Del dato suelto al conocimiento útil

Cada día se generan miles de datos en urgencias, consultas externas, hospitalización, laboratorio o pruebas de imagen. La mayoría se registran como texto libre en los informes médicos, lo que dificulta su análisis.

La clave está en convertir esos textos en datos estructurados y comparables, utilizando terminologías internacionales como SNOMED CT, ICD-10 o LOINC. Cuando la historia clínica se normaliza, deja de ser un simple registro y se convierte en una fuente de conocimiento para:

• mejorar la práctica asistencial,
• apoyar la gestión clínica,
• alimentar proyectos de investigación e inteligencia artificial.

Que los sistemas se entiendan: interoperabilidad real

Otro pilar es la interoperabilidad. Un paciente puede pasar por múltiples niveles asistenciales; su información no puede quedar fragmentada. Estándares como HL7 FHIR, openEHR y OMOP CDM permiten que los sistemas hablen el mismo idioma.

Medir para mejorar: el papel de los KPIs

La transformación digital solo tiene sentido si impacta en la calidad asistencial: menos complicaciones, menos reingresos, menos infecciones, mejor experiencia del paciente. Para ello es clave definir indicadores (KPIs) basados en datos normalizados.

Cuando la IA entra en juego

Con datos de calidad se pueden crear modelos que predicen riesgos clínicos (fracturas, fallo renal, complicaciones), sin sustituir al profesional, pero aportando una visión más completa del paciente.

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“La verdadera transformación digital en salud se construye con datos fiables, procesos claros y decisiones basadas en evidencia.”